El lenguaje inclusivo es un fenómeno postmoderno que, localmente, se da en el marco de una educación en franco deterioro, inmersa en una ciénaga de difícil salida, y en el que en todos los órdenes y paulatinamente la excelencia ha venido dejando su lugar a la mediocridad.
Que la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires haya aprobado en su seno el uso de este dialecto ridículo, cacofónico y extravagante denota un modo de claudicación de nuestra sociedad, empeñada hoy en ir nivelándolo todo hacia abajo.
Y en lo particular, de estar convalidando esa gran involución que se vive en códigos y canales de comunicación entre las personas.
Y en lo particular, de estar convalidando esa gran involución que se vive en códigos y canales de comunicación entre las personas.
Es a su vez un modo de usar al lenguaje como "igualador" de lo que en sí es diferente por naturaleza.
Se puede convivir en un mundo de diferentes, sin por ello tener que mimetizarnos hasta el punto de asesinar a una de las lenguas más ricas, más bellas y más difundidas del planeta: la de Góngora, Quevedo y Lope de Vega; la de Borges, Octavio Paz y García Márquez; la de Neruda, Gabriela Mistral y Arturo Pérez Reverte.
Una lengua romance mancillada por la novedosa teoría del género.
Hasta dónde se piensa llegar en este camino de despeñadero?
Simplemente porque es "lo que se viene imponiendo" o "porque es inexorable", como se sostiene desde sectores progresistas?
También se aproxima día tras día el inexorable momento de nuestra partida. Debemos entonces acelerar su arribo llevando una vida sedentaria, aumentando el consumo de sodio y azúcares y fumando cada jornada tres atados de cigarrillos?
Una ínfima minoría de la población no se percibe ni hombre ni mujer, ni se siente representada por las letras "A" y "O" en la terminación o desinencia de sustantivos y adjetivos. Basta ese argumento menor para cambiar "A" y "O" por "X" y "E"?
NADIE se siente representado enteramente por una ideología, por un sistema de gobierno, por la administración de justicia, por la aprobación o la dilación en la sanción de ciertas leyes, sin por ello necesitar -y hasta exigir- de regímenes especiales o particulares.
La Facultad de Ciencias Sociales hizo punta en lo que podría ser un paradigma lingüístico de efecto dominó en las casas de estudio superior.
Ni el idioma castellano pareciera salvarse, aun siendo defendido a capa y espada por la Real Academia Española, ente rector de nuestra entrañable lengua.
La brusca aparición del "inclusivo" no es comparable a los regionalismos, o a los barbarismos, ni a fenómenos como el seseo -en el que los sonidos de la c, z y s se vuelven equivalentes delante de la "e" y la "i"-; ni el voseo, hoy muy difundido en el habla coloquial latinoamericana pero muy formal siglos atrás, cuando se usaba el VOS para dirigirse a personajes de alcurnia o abolengo, como reyes, virreyes y caballeros -VOS: "Vuestra Merced"-
Los idiomas cambian de ropa progresivamente; se "acomodan" según el paso de los tiempos y la interacción de los pueblos de distintas latitudes. El exponencial crecimiento de las comunicaciones, fundamentalmente por la vía digital, dan nacimiento a neologismos, se acuñan términos para denominar a adminículos que antes no existían, o se introducen vocablos foráneos que no tienen traducción adecuada en la lengua propia. Haré uso -y abuso- de algunos ellos muy pocas líneas debajo.
Eso es un proceso natural, atendible, necesario.
Muy distinto es, no obstante, llevar a cabo un desembarco violento, sobreactuado, ideologizado, transgresor.
Demos "las gracias", pues, a esa facultad, otrora admirable, pero hoy cobijadora de sororas e indefinidos, desviados y drag queens, anarquistas y antisistema, aborteros y maoístas crónicos, colectivos verdes y grafiteros, herejes y destructores de plazas públicas, marxistas de manual y trotskistas caviar, undergrounders y freaks del tercer milenio, antivacunas y terraplanistas, veganos...kirchneristas.
Los idiomas cambian de ropa progresivamente; se "acomodan" según el paso de los tiempos y la interacción de los pueblos de distintas latitudes. El exponencial crecimiento de las comunicaciones, fundamentalmente por la vía digital, dan nacimiento a neologismos, se acuñan términos para denominar a adminículos que antes no existían, o se introducen vocablos foráneos que no tienen traducción adecuada en la lengua propia. Haré uso -y abuso- de algunos ellos muy pocas líneas debajo.
Eso es un proceso natural, atendible, necesario.
Muy distinto es, no obstante, llevar a cabo un desembarco violento, sobreactuado, ideologizado, transgresor.
Demos "las gracias", pues, a esa facultad, otrora admirable, pero hoy cobijadora de sororas e indefinidos, desviados y drag queens, anarquistas y antisistema, aborteros y maoístas crónicos, colectivos verdes y grafiteros, herejes y destructores de plazas públicas, marxistas de manual y trotskistas caviar, undergrounders y freaks del tercer milenio, antivacunas y terraplanistas, veganos...kirchneristas.
Gracias por defender ya no el amasijo de la vida intrauterina, sino también el de la gramática, la fonética y la semántica de una lengua a la que una interminable pléyade de escritores, poetas, dramaturgos y novelistas nos la hiciera amar hasta límites insospechados.

¡Brillante! Ya me atrapaste en el primer párrafo y me vi asintiendo en todos y cada uno de tus conceptos.
ResponderEliminarOjalá haya muchos como vos y yo que seguiremos defendiendo el lenguaje verdadero y estamos bien plantados para sentirnos incluidos cuando dicen "todos" y "humanos" sin necesidad de explicar el sexo.
Amé tu devolución.
EliminarDecirte gracias acaso sea una respuesta exigua.
Celebro el acuerdo, el criterio compartido, las ganas por no darnos por vencidos.
Besos, siempre
Recuerdo que al iniciar la carrera de lengua y literatura (que por cierto no terminé) una de las cosas que llamó mi atención fue justamente este tema de la incorporación de nuevos términos en nuestro idioma. Y la forma en que nuestra profesora nos presentara el tema fue a través de un texto que me resultó profundamente incómodo y molesto leer. Lo mismo me pasa hoy día al leer las redes sociales donde abundan estos personajes que quieren imponer a toda costa su particular manera de ver la vida e incluso su pobre y triste lenguaje. Gracias a Dios existe gente como vos Pablo que aún defiende nuestro hermoso idioma castellano y por supuesto la RAE, que por suerte hasta ahora no ha dado paso a semejantes disparates. Me encantó leerte Pablo!! Como siempre es un placer.
ResponderEliminarRecuerdo que al iniciar la carrera de lengua y literatura (que por cierto no terminé) una de las cosas que llamó mi atención fue justamente este tema de la incorporación de nuevos términos en nuestro idioma. Y la forma en que nuestra profesora nos presentara el tema fue a través de un texto que me resultó profundamente incómodo y molesto leer. Lo mismo me pasa hoy día al leer las redes sociales donde abundan estos personajes que quieren imponer a toda costa su particular manera de ver la vida e incluso su pobre y triste lenguaje. Gracias a Dios existe gente como vos Pablo que aún defiende nuestro hermoso idioma castellano y por supuesto la RAE, que por suerte hasta ahora no ha dado paso a semejantes disparates. Me encantó leerte Pablo!! Como siempre es un placer.
ResponderEliminarAmé tu devolución, Mary!
EliminarY nunca me habías dicho que en su momento cursaras "Lengua y Literatura".
Beso gigante, te quiero!
Qué placer leerte. Has puesto, de forma muy inteligente, todo lo que se nos cruza por nuestras mentes. Eres genial.
ResponderEliminarCuán generosa sos!
EliminarVos sos genial.
Un enorme beso, nos hablamos!