domingo, 18 de agosto de 2019

LA ESTRATEGIA DE MACRI

Promediaba el día 16, viernes de una semana vertiginosa, y Alberto Fernández -por la red social Twitter- se manifestaba en contra de las medidas de emergencia que el presidente Macri decretara para los próximos tres meses.
Era más que lógico, nada ya les vendrá bien.
Ni a él ni a ningún referente del sector al que retornó como hijo pródigo, esa horda de facinerosos que en 2015 dejara al país en la ignominia.
Entre sus reclamos exigía al Gobierno renegociar definitivamente su acuerdo con el FMI, pues el país ya no estaba en condiciones de cumplirlo.
Sin ser profeta, me animo a decir que de haber renogociado el Gobierno, "de motu proprio", la deuda contraída con dicho organismo, el candidato Fernández se habría escandalizado, argumentando que una gestión no debería renegociar una deuda por ella contraída que tendría que afrontar el Gobierno siguiente. Presumiblemente el suyo.
Es evidente el nerviosismo que padecen desde el Frente de Todos.
Lo ven a Macri en modo populista y les sobrevino de pronto un ataque de responsabilidad, ven que están con muy buenas chances de llegar al poder.
La euforia del domingo por la noche sigue siendo disfrutada por las incorregibles barriadas, tan afectas a la dádiva y tan renuentes al trabajo y al progreso.
Pero los dirigentes perciben un Macri maquiavélico, peligroso para los planes que se orquestan desde el seno del Instituto Patria.
Un Macri que se pone en "hijo de puta" aunque haya suavizado modos y pedido perdón. Y aunque aunque luzca visiblemente afligido en los jardines de "Los abrojos".
La estrategia del presidente no podría ser mejor, ya que si llegara a dar vuelta el resultado y ganara la elección definitiva, quedará con el país atravesando una coyuntura económica muy delicada.
Tendrá que convencer enérgicamente al mercado de que como su susto por el resultado de las PASO hizo retroceder diez casilleros al país, van a tener que bancar la situación.
Y bancarlo a él.
Dado el escenario presente Mauricio Macri debe mostrarse fuerte e impiadoso.
Y acaso por primera vez esté suscribiendo a ese viejo y polémico apotegma de Perón: "Al enemigo, ni justicia".
Hay momentos en los que si el que está en la otra orilla "se te para de mano así", hay que sacar el animal político de adentro y mostrar las garras.
Macri, bajo esta tormenta, tiene cierto margen para pilotear la aeronave. El propio Emanuel Álvarez Agis, otrora viceministro de Kicillof, aseguró que la política que en este momento está implementando el Banco Central es la correcta.
Incierto el futuro político de este muchacho luego de tal aseveración, ya viralizada. Pero esa es otra historia.
Los que no tendrán margen ni primavera de cien días, de llegar a ejercer el próximo Gobierno, serán ellos, los frentetodistas. Actores económicos de distinto relieve -grandes inversores, empresas y hasta pequeños ahorristas- están sacando los dólares de sus cuentas a la vista.
El Mercado hizo punta, y los depositantes ya conocen de qué son capaces los aduladores de Cristina, que "ahora" se dan cuenta de que bajarle el IVA a los alimentos, siendo éste un impuesto coparticipable, repercute en las provincias.
"Casualmente", Alberto Fernández acababa de entrevistarse en su oficina de la calle México con Lucía Corpacci, gobernadora de Catamarca, y ésta se lo advirtió: queda claro que Alberto, de economía, poco entiende -recordar la entrevista con Joaquín Morales Solá-.
Pensar que Sergio Massa, durante meses, reclamaba con particular vehemencia se tomara esa misma medida.
Más aún, la quita del IVA a los alimentos básicos forma parte de la plataforma del Frente de Todos.
Pero ahora, los gobernadores peronistas ya están exigiendo una compensación.
Desvergonzados seriales que cobraron siempre en tiempo y en forma la coparticipación federal, se comprometieron -y no cumplieron- bajar los II.BB, y vieron cómo el Gobierno Nacional llevara a cabo grandes obras de infraestructura en sus provincias en detrimento de las arcas federales.
Recomiendo no encender la televisión. La mayor parte del periodismo dando micrófono al kirchnerismo y al peronismo radicalizado, todos haciendo leña del árbol caído.
Casi un "golpismo conjunto" entre oponentes históricos: periodistas y un sector político que nunca los quiso ni los querrá.
Peronistas hasta ahora desaparecidos vuelven a mostrarse en programas opositores. Todos haciendo méritos para ser llamados por Alberto Fernández y conchavarse a su alrededor. El cordobés Montoya, exfuncionario de Scioli, uno de ellos; "Chiche" Aráoz, de Tucumán, otro.
Estos bichos fueron siempre así y no van a cambiar.
La mezquindad, el tener asegurada su participación a cualquier precio, la obsecuencia obscena.
Una lucha entre la vieja y la nueva política, "casi un bien contra el mal".
Pero las que llamaron más atención fueron las palabras de Martín Redrado, que asegurara el mismo viernes y de la misma semana vertiginosa, que el presidente dio la orden, aún estando autorizado a vender U$S 250.- millones por día según el techo de la banda de flotación acordada con el FMI, de no intervenir "para hacer escarmentar a la gente".
Suponiendo que ese dislate haya sido verdad, invito a hacer un poco de memoria o, mejor aún, recurrir a los archivos multimediales: cuando la divisa norteamericana pasó de un valor de $ 18.- a $ 23.- / $ 24.-, Redrado dijo en ese momento que "a Sturzenegger le faltó profesionalismo para controlar la divisa norteamericana dado que a ésta había que dejarla subir y enfrentarla con una suma importante de dinero, bien arriba, para hacer escarmentar al mercado". Dijo también por entonces que no servía intervenir en un lugar bajo y previsible y por poco monto.
Cuál es la lógica, pues, de lo que acaba de decir Redrado sino pretender hacer buena letra para conseguirse un kiosco dentro del nuevo Gobierno?
Acaso Redrado se olvidó de que era llamado "el okupa" por Aníbal Fernández y que fuera sacado por la policía del Banco Central.
Camaleónicos, hipertrofiados de gataflorismo, sinvergüenzas.
De lo que tengo más certeza es que al cabo de un año posterior a su eventual triunfo todos los sectores hablarán de la pésima gestión del Gobierno de Alberto Fernández.
Alguien que en la previa pasó de sobreactuar carácter a sobreactuar templanza.
Pero por los factores inerciales que va a dejar la propia desconfianza que genera, va a tener que sobreactuar racionalidad.
Tarea difícil cuando desde afuera nadie le creerá -quedó claro el lunes- y que los del propio bando -o banda- le van a pedir más populismo. Y flan.
Las crisis, se sabe, van escalando.
Si es electo, el títere de Cristina Kirchner asumirá sin poder propio, sin peso específico, sin hombres de su redil, con todas las listas infestadas de camporistas y sin depósitos de dólares en los bancos.
Entonces serenémonos, siempre es más cómodo mirar la crisis del lado de enfrente y ser quien tira las piedras.
Sé que duele, pero si la lucha no da resultados hay que actuar para preservarse uno mismo.
Tratemos entretanto de no perder el eje, acaso el país necesite de otro experimento populista para aprender la lección. Será el definitivo.
Algunos nos vamos poniendo grandes y habríamos preferido vivir en otro tipo de sociedad.
Pero estamos en democracia, y tenemos un pueblo inculto, incivil y poco afecto a no vivir de la teta del Estado que, lamentablemente, no sabe darle buen uso.
Ojalá le alcance a Macri para entregar el mandato en diciembre y hacer una elección digna. No va a perder ningún voto -es más, ganará bastantes de los que no lo votaran en las PASO-.
Con el peronismo enfrente, y ahora unido, es difícil competir.
Por eso el presidente deberá seguir haciendo populismo de aquí hasta el 10 de diciembre. Para combatir al enemigo, de algún modo, a veces hay que parecérsele. 
Resignémonos entonces a lo peor, y si la mínima chance de que Macri sea reelecto llegara a plasmarse en realidad, podremos agarrarnos una borrachera histórica en plena bacanal dionisíaca...

Pablo /  @Druidblogger










2 comentarios:

  1. Como siempre Pablo, excelente tu observación que lamentablemente refleja nuestra actual realidad. Como bem decís algumos nos vamos poniendo grandes, me hubiera encantado que el voto de mis hijos tuviera la respuesta esperada. Y aún sigo pensando que todo puede ser posible. Espero que ellos sí tengan la dicha de poder ser escuchad algun día y que su boto represente a la mayoría que no espera vivir de la dádiva del Estado y de todos los que nos levantamos día a día para ganarnos dignamente nuestro sustento.

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  2. Gracias, Mary.
    Los años me vienen demostrando que poco puedo esperar de la gente en su conjunto.
    Por tanto, mientras analizo qué faltó hacer de mi parte, rezo y pongo la situación en manos de Dios.
    Besos y abrazos!

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