sábado, 5 de septiembre de 2020

EL PAÍS DE LOS DOS CONGRESOS

Dos Congresos.
Al menos en su cámara baja.
Una circunstancia inédita en esta Argentina enredada en la madeja kirchnerista.

El kirchnerismo es una usina de ilegalidades, una Caja de Pandora de oscuras sorpresas y actos reñidos con la moral.
Pueden citarse las candidaturas testimoniales, la violación de las estadísticas transparentes, el ocultamiento de muertos en La Plata, el desoír reiterado a la Corte Suprema, la elección de un candidato a presidente por quien hoy es su propia vice y titiritera, la presencia de Scioli en la cámara baja cuando a este ya le habían dado el placet como embajador en Brasil.
Hay muchas más, claro. 

Pero el día martes 1º de septiembre se agregó otra perla a ese largo rosario viciado de nulidades.
Los diputados opositores, que representan al 45% de los electores argentinos, se hallaban presentes en el recinto para que se abriera la sesión.
Responsablemente habían viajado desde sus domicilios, muchos de ellos en el interior, incluso bajo amenazas de los 4 gremios del personal legislativo que, dicho sea de paso, representan a varios miles de afiliados: tan sólo APL, liderado por el ultrakirchnerista Norberto Di Prospero, cuenta con 8000. Una desmesura para un país en emergencia económica, sanitaria, alimentaria y que terminará el año con más de la mitad de sus habitantes bajo la línea de la pobreza.
Los diputados se presentaron en tiempo y en forma, con los cuidados que la actual coyuntura exige, ocuparon sus bancas y a pesar todo figuraron como "ausentes"
Un crimen contra los valores republicanos, la importante representatividad de más de 10 millones de votantes no estaba presente para la máxima autoridad del parlamento.
Los representantes del Frente de Todos y sus aliados estaban ausentes del palacio de la Av. Entre Ríos e Hipólito Irigoyen. Sesionaban en forma telemática desde sus casas, sin embargo figuraban como "presentes" violando acuerdos caducados y burlando reglas establecidas.
El reino del revés, como el del título de la recordada canción infantil creada por María Elena Walsh.
Una pequeña muestra de lo que hoy es Venezuela, país que cuenta con un presidente, cabeza de un régimen totalitario, y un presidente encargado que ostenta el apoyo de la mayoría de las naciones del mundo.
Más allá del triste paralelismo, pasamos a lo central para este momento de tan baja calidad democrática e institucional que vive nuestra nación.
Desde comienzos del mes de agosto, en la cámara baja que preside el nuevamente oficialista Sergio Massa estaba vencido el acuerdo del tratamiento virtual sobre diversos proyectos de ley.
Un acuerdo de excepcionalidad.
Lo que Massa intentó desde su posición fue sentar un precedente de funcionamiento de las sesiones virtuales sin consentimiento de la oposición para tratar cualquier ley. Desde ya que atrás de eso, en el tráiler, viene "enganchada" la REFORMA JUDICIAL, la trama más siniestra tejida por la araña negra que preside el Senado.
Se sabe que el sistema de debate virtual nada garantiza. Los participantes cuentan con menor tiempo de exposición, se presentan eventuales inconvenientes de conectividad, cortes de luz inesperados, arbitrarios cortes de micrófono al “estilo Cristina” en la cámara alta o votos inválidos por no aparecer el legislador logueado por VPN.
Puede imaginarse una ley importante como la que pretende sacar el oficialismo decretada por ventaja mínima a partir de votos de este tipo? Porque internet puede caerse en la vivienda de cualquier legislador, algo muy habitual en un país como el nuestro. Recordemos lo acontecido al tratarse la destitución del Juez Canicoba Corral al cortarse el suministro eléctrico en casa de la diputada Camaño.
Internet puede ser, incluso, sospechosamente inestable.
Lo de Massa fue un golpe institucional, pretendió que la Cámara de Diputados funcionara sin su reglamento, que establece que las sesiones deben llevarse a cabo de modo presencial, donde los acuerdos se fraguan a veces en los mismos pasillos del recinto, en los despachos, en la previa de las sesiones, pues las charlas en persona pueden filtrar mejor los aspectos turbios.
Para temas centrados en la emergencia sanitaria y la economía la oposición había dado consentimiento; y tal acuerdo, ya vencido, debía revalidarse. 
No obstante el kirchnerismo, del cual Massa vuelve a ser parte indisoluble, busca introducir por la ventana el debate por la reforma judicial;  el objetivo evidenciado en la semana fue hacerlo sin consenso, sin acuerdo en unanimidad.
La batalla que se libra en Diputados es decisiva para la defensa de la República y para mantener viva la llama de la democracia. Se vienen también otros debates trascendentes como el de la Reforma Previsional y el Presupuesto, cuyos tratamientos deben discutirse en forma presencial en el Congreso de la Nación. Así como se debate en el Parlamento Europeo o en los Congresos del Mundo. 
Deben verse claramente la exposición y el rostro de cada diputado a la hora de dar sus perspectivas y de emitir su voto. 
No sólo  corresponde, también se suma que los legisladores nunca aprobaron la baja de sus salarios, como en actitud empática con su ciudadanía hicieran los congresales uruguayos. Si para mantener mayor distancia física, acaso, las dimensiones del recinto no ofrecieran las suficientes garantías, podría recurrirse a las instalaciones del CCK, del Teatro Colón, del Luna Park o del Orfeo Superdomo de Córdoba, debidamente preparados para la ocasión. Siempre habrá alternativas. 
Afuera estará la gente, acaso a lo que el kirchnerismo siempre más ha temido: la manifestación popular.
Y como el ladrón, según reza el popular apotegma, piensa que todos son de su condición, el kirchnerismo teme que las 14 toneladas de piedras de otrora sean ahora recibidas por ellos.
La diferencia fundamental radica en que, de llegarse a producir un episodio de protesta, no será un hecho pergeñado y propiciado por la oposición, será una muestra más del cansancio de una ciudadanía autónoma, permanentemente maltratada y que no necesita la lleven de sus narices.


"Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto"  Georg C. Lichtenberg


Pablo  / @ReDruidblogger


"Esta es una sesión fantasmagórica. Me acaba de decir el Presidente de la Cámara que estoy ausente mientras conversa conmigo" Waldo Wolff 



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