Se me ocurre escribir unas líneas sobre Uruguay justo cuando la relación con la Argentina vuelve a tensarse.
Físicamente se nos parecen.
El acento que utilizan no se distingue del de un argentino promedio, capitalino o de las pampas.
Toman tanto o más mate que nosotros, profesan en su mayoría el catolicismo, son fanáticos del fútbol.
Pero en ciertos aspectos nos llevan mucha ventaja, por ejemplo en su espíritu republicano y en sus políticas de Estado.
Su educación es ejemplar.
Exportan más carne que nosotros y con apenas 3 millones de habitantes cuentan casi con la mitad de nuestras reservas en el Banco Central.
Su inflación es un cuarto de la nuestra, y cuando piden prestado lo hacen también a tasas cuatro veces menores que nuestro país.
Reciben inversiones, están "embuchados" de dólares y su inseguridad dista de acercarse a la que padecemos los que vivimos de este lado del Plata.
Nos quejamos de la supuesta contaminación que genera la actividad de sus pasteras, pero no hablamos de lo que les hemos contaminado el gran río compartido, ni cuando en 2001 contaminamos su economía.
Son naturales y agrestes, simpáticos y nobles, sencillos y verdaderamente progresistas.
Para imitarlos, verdad?...

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