El kirchnerismo, ya en su cuarto Gobierno y en versión recargada, antepone siempre lo ideológico por sobre cualquier otra consideración.
La ideología es el tamiz que filtra y deshecha cualquier idea razonable que no abreve en la fuente de Sierra Maestra.
Y el verticalismo impuesto en su seno se pone de manifiesto, por ejemplo, en presentaciones o biografías de muchas cuentas de la red Twitter.
Primero son militantes, luego sanitaristas, periodistas, economistas, funcionarios.
Militan por causas perdidas, de fuerte anacronismo y a contramano del mundo desarrollado.
Así fue como en enero de 2006 el entonces presidente Néstor Kirchner canceló de un solo pago la deuda de U$S 10.000.- millones que Argentina tenía con el FMI para recurrir a préstamos del chavismo. Sin importar que la tasa que otorgara el organismo multilateral no llegara al 4% y la que le diera Hugo Chávez la cuadruplicara.
Casi 15 años después y en un marco de pandemia, la exembajadora en Gran Bretaña y en Venezuela Alicia castro recomendó no confiar en la vacuna concebida en sinergia por la Universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca y sí orientar la mirada hacia las de China, la Federación Rusa y Cuba por razones geopolíticas.
En el primer caso no importaba tomar crédito mucho más caro sino deberle al de ideología afín. A Néstor Kirchner, por otro lado, no le eran ajenos ni la actividad de prestamista ni el concepto de tasas usurarias dado que así empezó a erigirse la fortuna familiar.
En el segundo ejemplo no se tenían en cuenta la evolución de las pruebas ni datos fehacientes como con las vacunas de AstraZeneca, Pfizer o Moderna, cuyos detalles están citados en publicaciones científicas como The Lancet o en organismos de difusión médica de máxima confiabilidad. Lo que prima es comprarle al país amigo, más allá de que su vacuna recién completará su fase 3 hacia abril de 2020, de que sus pruebas se mantengan en un limbo informativo y de que su propia ciudadanía desconfíe de sus bondades.
Eso es kirchnerismo puro, por encima del siempre latente manto de corrupción, que a todo lo mancha, y de la incapacidad recurrente de sus referentes y funcionarios.
Resulta imperdonable que habiendo sido Argentina elegida por el laboratorio Pfizer como principal destino de pruebas para su vacuna, el país haya desaprobado las condiciones que este impusiera para la venta de millones de dosis. Sí lo hicieron los EE.UU y los países de Europa, como también México, Chile, Perú, Ecuador.
El ejemplo de Chile es paradigmático: en cantidad de dosis ya adquirió un número que sextuplica a su población.
Eso es kirchnerismo puro, por encima del siempre latente manto de corrupción, que a todo lo mancha, y de la incapacidad recurrente de sus referentes y funcionarios.
Resulta imperdonable que habiendo sido Argentina elegida por el laboratorio Pfizer como principal destino de pruebas para su vacuna, el país haya desaprobado las condiciones que este impusiera para la venta de millones de dosis. Sí lo hicieron los EE.UU y los países de Europa, como también México, Chile, Perú, Ecuador.
El ejemplo de Chile es paradigmático: en cantidad de dosis ya adquirió un número que sextuplica a su población.
La pregunta, por tanto, llega sola: ¿por qué apuntar preferentemente a la Sputnik V cuando pudimos haberlo hecho con Pfizer y el resto de los laboratorios?
A la elección de la vacuna siguió una catarata de anuncios fallidos, tanto en fecha de llegada y de aplicación como en cantidad de dosis y habitantes a vacunar.
Pero faltaba algo, la advertencia del premier ruso acerca de que la Sputnik V estaba destinada a una franja etaria que se extiende entre los 18 y los 60 años.
Hoy, 20 de diciembre, la historia no terminó y promete más capítulos.
Fue grave en 2006 haber cambiado de acreedor por razones ideológicas y en perjuicio de los argentinos.
Pero es hoy aún más grave haber contraído enlace con la vacuna de la que menos se sabe, habiendo superado el país el millón y medio de contagios y ya acercándose a los 42.000 decesos.
Es el kircherismo, cualquier medio justifica la causa.
Todo se cocina en el horno ideológico, hasta jugando a la "ruleta rusa" con la vida de los argentinos.
A la elección de la vacuna siguió una catarata de anuncios fallidos, tanto en fecha de llegada y de aplicación como en cantidad de dosis y habitantes a vacunar.
Pero faltaba algo, la advertencia del premier ruso acerca de que la Sputnik V estaba destinada a una franja etaria que se extiende entre los 18 y los 60 años.
Hoy, 20 de diciembre, la historia no terminó y promete más capítulos.
Fue grave en 2006 haber cambiado de acreedor por razones ideológicas y en perjuicio de los argentinos.
Pero es hoy aún más grave haber contraído enlace con la vacuna de la que menos se sabe, habiendo superado el país el millón y medio de contagios y ya acercándose a los 42.000 decesos.
Es el kircherismo, cualquier medio justifica la causa.
Todo se cocina en el horno ideológico, hasta jugando a la "ruleta rusa" con la vida de los argentinos.
Pablo / @DruidBloggerOK

Excelente!!!!
ResponderEliminarGracias, quienquiera seas!
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