Cuándo habrá de ocurrir
nuestro contacto postrero?
Será de tu mano, inconmovible,
en la interfaz de un frío correo?
Tendrá mi remitente,
escrito u oral,
reflejando mi desvelo?
Siento se aproxima ese adiós,
y para mi corazón un agujero.
Puñalada lacerante
si se profesa amor sincero.
Sé, empero,
ya no habrá una caricia
o un abrazo trémulo.
Ni tampoco veré tu figura
perderse en embarque aéreo.
Y sé también ya ha sido dado
el último de nuestros besos.
Pero vendrá pronto,
con el preludio del viento
y de largos silencios.
Vendrá ese epílogo,
temido y despiadado,
cual nube gris flotando en el cielo.
Y el sol se ocultará,
contagiado de mi tristeza
se irá hasta de mis sueños.
Ni en el solitario jardín
habrá más aleteos,
ávido que es de zorzales
y de su regalo bermejo.
Puedo oír la música
de tu final manifiesto,
inmutable, directo,
despojado de rodeos.
Sólo resta aguardar
sea cuando sea llegue
tan infausto momento.
Recordándote a cada paso,
cómo será vivir
será hasta entonces misterio...
Pablo, el druida

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario!