cuando aún conserve dignidad,
y Tú llegar a mi puerta
antes que la soledad?
Que tomarás mi mano
cuando haya tiempo de escapar,
y que seré luz mucho antes
de quedarme sin quien me pueda cuidar?
Me prometes tendré siesta mansa
y luego celeste despertar,
y que habrá una pequeña parcela
para mi huella dejar?
Que mis amigos zorzales
allí me podrán cantar,
y que los que aquí se queden
sonriendo me recordarán?
Querido Padre,
quisiera antes del ocaso
marcharme yo hacia tu paz;
no caer en jaque mate
antes de poder expirar;
caminar entre los cirros
sin lágrimas que enjuagar;
mecerme bajo la aurora
y respirar la libertad...
Pablo, el druida
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