jueves, 12 de junio de 2014

Perdón por tan poco...

A veces me pregunto qué sentido tiene el escribir siempre de las mismas cosas.
Alguno podrá decir que, no habiendo nada más para transmitir, es un modo catártico de enfrentar la cotidianidad, lo cual no sería descabellado, pero... escribir apenas para canalizar la ansiedad, la melancolía y la angustia, frecuentes musas inspiradoras de estos monotemáticos posteos?
Pareciera un poco arriesgado de mi parte, así como algo pretencioso, porque siendo de visión pública el blog está abierto para cualquiera en la comunidad ciberespacial.
No contando yo con ricos recursos estilísticos, ni un léxico frondoso ni vastos conocimientos antropológicos no debería, acaso, exhibir esta chata bitácora de mi vida.
Por tanto, pido perdón por la excesiva audacia, por la implícita osadía de contar lo que me pasa y lo que siento a quienquiera sea. Escribo como puedo y de lo que puedo, que es poco y redundante, seguramente aburrido y reiterativo en muchos pasajes, pero me ayuda también a ocupar mi tiempo y a mitigar la tristeza, que mucho se empeña en ello de tomarme tan frecuentemente de la mano.
Me pregunto, asimismo, qué sentido tiene escribir si sé positivamente que casi no soy leído, más allá de que comparta los sucesivos posteos por redes sociales.
Pues bien, escribo independientemente de que me lean o no, lo hago para mí y para quien me privilegie con su lectura. 
Mi actitud pasa a ser entonces activa, busco compartir lo que me sucede y lo que navega por mis distintos estados de conciencia.
Ciertamente debería estar más preparado para la comunicación, más allá de que ésta no sea mi medio de subsistencia. Pero "es lo que tengo", que es poco y modesto, como ya he dicho, pero es todo cuanto hay para compartir.
Por siempre en pañales con la lapicera o el teclado me gusta escribir, me gusta reencontrarme conmigo mismo a cada paso y a cada palabra por más que caiga muy frecuentemente en terrenos comunes. Es una forma de aceptarme y de manifestarme a los demás tal como soy.
Si llegaras a leer estas simples líneas hasta el final, yo estaré por siempre agradecido...

Pablo, el druida




2 comentarios:

Gracias por tu comentario!