lunes, 4 de febrero de 2019

PERSONAS "PERLA"

Era día martes 29 de enero, jornada "bochornosa" desde lo climático, de sol asesino y humedad africana.
Yo había cerrado una renovación de pólizas en el economato de uno de mis clientes más importantes.
Con el rostro sudoroso y a poco de despedirme, me dirigí a mi interlocutor, el responsable del área financiera:

-Antes de irme, quería pedirte un favor, Luis.
Luis deja todo y me mira con cierta inquietud, pero sin dudar un instante, aún en su silla, me responde:
-Sí, Pablo, decime
Tomo aire, me cuesta arrancar. Finalmente le respondo sin vacilar, como si estuviera ante mi papá:
-Rezás hoy un Padrenuestro por mí?
Entraba de eso modo a su mundo, al que él llegara desde su edad más temprana, educado en la fe mucho antes de que las finanzas y la administración de empresas lo tuvieran en un sitial de respeto bien ganado y consideración.
-Un Padrenuestro? Más aún: leeré la antífona, el salmo, la lectura del día y después voy a pedir por tus intenciones. Todos los días, y voy a orar por vos en tres momentos distintos de la jornada según la hora: una vez en casa y dos veces en la Iglesia, a la que voy de lunes a lunes.

Nunca antes alguien había sido tan explícito y solícito ante un pedido mío.
Atrás quedaba hora y media de tratamiento de negocios, cuentas, costos de renovación de pólizas, análisis de sus alcances, posibilidades de pago, impacto financiero y eventuales actualizaciones.
Sentados a la humilde mesa del último piso del Obispado, con ventanas abiertas y un simple ventilador de techo que con sus viejas aspas movía como podía el pesado aire de un martes abrazador.
En ese largo viaje que es la vida puede que cada tanto se te encienda en el tablero la luz del combustible. Pero con personas como Luis, apenas un ejemplo de muchas otras que podría citar, se percibe la protectora mano de Dios, que nunca va a dejarte a la intemperie ni a la deriva.
Gracias, Luis, por ese gesto tan noble y paternal; sos de esos seres a los que Enrique Mariscal llama "personas perla". Un hallazgo valioso e inesperado que encontrara en mi camino muy pocos años atrás.
Y gracias a Vos, Dios, por servirte de gente tan buena como él...

Pablo   /  @Druidblogger




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