en la bifurcación de nuestros caminos.
Un palmo más lejos, más distante
de ese proyecto caído.
Me quedó el campo a medio arar,
con mucha siembra en ciernes.
Y cuantiosa semilla que, finalmente,
nunca habrá de recogerse.
Te extraño como el desierto a la lluvia.
Y sé que me extrañas,
aún de ese modo tan frío y tan explícito,
tan diáfano y tan borroso.
Te amo con todo mi corazón, tanto,
como tanto he perdido.
Pues el amor es entrega
y hasta ir en contra de uno mismo.
Y sé que me amas,
con tus límites y fiel a tu estilo,
dando, quitando,
escondiéndote y emergiendo.
Y como una golondrina
volviendo y marchándote.
Pero éste es tiempo de distancia.
Aleccionadora y prudente.
Porque también me quiero
la elegí para cuidarme.
Como respuesta y sin entenderme
la agrandaste al molestarte.
No tengo virtud profética.
Quizás jamás retornes.
O tal vez tus pasos,
siempre inseguros y vacilantes,
vuelvan a la tierra firme
de la contención de mis brazos...
Pablo / @Druidblogger

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario!