Los tiempos preelectorales suelen dejar en clara evidencia el costado más sórdido de la clase política.
Y en ese marco, en el que entran en pugna grandes intereses contrapuestos por sobre la búsqueda del bien común, me formulo los siguientes interrogantes:
Es salvable la fractura entre los argentinos?
Es posible restablecer el diálogo?
Podrá reinar durante un tiempo, más o menos prolongado, algo cercano a la concordia?
Pareciera en principio algo utópico, lo más parecido a una quimera en términos sociales.
No sólo porque las disputas entre sectores antagónicos son añejas en la Argentina.
También porque la radicalización de una facción, cuando no existe justicia, genera efecto derrame. De ese modo la contraparte termina pareciéndosele "un poco", utilizando métodos que nunca le fueran propios y tomaran del propio adversario.
En un número significativamente menor, el oficialismo cuenta también con sus fervorosos defensores.
Sus modos, empero, son distintos.
Exhiben la moderación de la que adolescen las huestes kirchneristas, en las que conviven hienas y chacales que no escatiman recursos con tal de alcanzar sus objetivos más oscuros.
Pensemos un poco en la reiteración de episodios en los que ciertos personajes han intentado ingresar por la fuerza a la Quinta Presidencial de Olivos, a la Casa Rosada, hasta en la Quinta "Los Abrojos", propiedad del presidente Macri.
También en las amenazas de muerte al mismo presidente, a la gobernadora Vidal, a la responsable de la cartera de Seguridad.
Son reiterados los copamientos a la Feria del Libro o las intromisiones violentas de milicianos K en disertaciones y ponencias llevadas a cabo por exponentes opositores, "enemigos" a su pequeña visión de lo que representan la política y la sociedad.
Recuerdo aquellas persecuciones con la AFIP hacia los díscolos, independientes o de voz propia.
Como también recuerdo a representantes del cine y la pantalla chica exhibiendo pancartas, prostituyéndose por fondos estatales para financiar sus dudosas producciones.
Hoy los extrañan y alegan no llegar a fin de mes ni poder abonar la comida delivery.
Diversos cantantes insultan a Mauricio Macri en medio de un recital masivo, sin guardar el mínimo respeto por investidura presidencial
O referentes sociales que incitan a la gente a escupir la foto de líderes de la vereda de enfrente.
Ojalá fuera todo.
Durante 2018 estaban en boga las amenazas de bomba en los establecimientos educativos.
En lo que va de 2019, en cambio, es el sistema de ferrocarriles el centro de las principales amenazas, y sus víctimas los cientos de miles de atribulados pasajeros.
Hasta dejaron granadas sin detonar en tribunas del fútbol de ascenso y en camas de hospitales públicos bonaerenses.
Generar caos parecería ser la mayor aptitud de la que goza el kirchnerismo.
Disparos de distinto calibre pero con el mismo objetivo.
La respuesta a la pregunta inicial estaría siendo respondida con este enorme muestreo de actitudes desestabilizadoras.
No es posible una sutura de la grieta que nos divide.
No por el momento.
Sobre todo porque la única cohesión a la vista la exhibe el kircherismo.
Todos patean hacia el mismo arco, cultivan el verticalismo y obedecen cada una de las órdenes que baja "la jefa".
No es posible por ahora el milagro de la reconciliación.
Con feligreses chiitas enfrente sólo queda seguir penando, en una pulseada eterna entre República y Terrorismo, más allá del aggiornamento de sus métodos.
El escenario no presenta una leona herbívora.
Es la jefa de una asociación ilícita compuesta por neomontoneros la que se halla agazapada.
Si nos vamos a dormir dejando sin llave la puerta de casa, ellos no sólo entrarán de prepo, van a violar a la doméstica, orinarán las plantas del jardín y matarán al perro antes de arrasar con los electrodomésticos y prender fuego a los muebles..
No.
No es posible aún la concordia.
Deberá pasar bastante caudal de agua todavía bajo el puente.
Dios quiera que agua pura, sin vestigio alguno de sangre...
Pablo / @Druidblogger

Totalmente de acuerdo. Por todas estas razones, Argentina país inviable.
ResponderEliminarOjalá algún día se moderen las antinomias, amigo.
EliminarPero falta mucho.
Un abrazo y gracias por tu opinión!
Pablo