Hubo un tiempo que ya no fue hermoso.
En el Correo ya privatizado comenzaron a vislumbrarse las dificultades.
¿A quién no por aquellos años de convertibilidad declinante?
Ya se difundía el uso del fax y en ciernes se hallaba el novedoso e-mail, que revolucionaría las comunicaciones epistolares en la siguiente década.
En el Correo ya privatizado comenzaron a vislumbrarse las dificultades.
¿A quién no por aquellos años de convertibilidad declinante?
Ya se difundía el uso del fax y en ciernes se hallaba el novedoso e-mail, que revolucionaría las comunicaciones epistolares en la siguiente década.
Comenzaban a su vez a homologarse acuerdos por estas dos vías y llegaría de a poco la aceptación de expedientes y documentos con firma electrónica.
Todos, por entonces, nos preguntábamos a quién habríamos de mandarle una carta tradicional, con papel y sobre, de ahí en más.
Progresivamente dejaban de llegar tarjetas para las fiestas y hasta las empresas de servicios, con los años, discontinuarían mayormente el uso del papel para remitir sus facturas.
Escudriñando en el escaparate de mis recuerdos veo un árbol de Navidad familiar con tarjetas y postales viejas. Alguien aún dejaba alguna nueva bajo la puerta o la entregaba en mano, pero ya no la traía el cartero.
Escudriñando en el escaparate de mis recuerdos veo un árbol de Navidad familiar con tarjetas y postales viejas. Alguien aún dejaba alguna nueva bajo la puerta o la entregaba en mano, pero ya no la traía el cartero.
Todo lo antedicho representó un obstáculo en la operativa del Correo Argentino, que debió suspender el pago del canon al Estado Nacional. Estado que incluso antes había dejado ya de pagar los servicios que utilizaba del Correo y de cumplir su compromiso de controlar la competencia.
En paralelo, el Grupo SOCMA iba cancelando religiosamente los créditos en dólares tomados en el exterior. Pero no tenía, en esa ruptura del esquema tradicional de operaciones, la posibilidad que tiene hoy el Correo Argentino de ser agente de compras y distribución.
El advenimiento del kirchnerismo no hizo más que darle la estocada final al Correo pues el Estado se apropió de todos sus bienes, dejándole apenas los pasivos, los números en rojo.
Tal como hubiese prometido Néstor Kirchner terminaría haciendo si Mauricio Macri no se retiraba de la política.
Y cumplió. Ya lo veían como un hombre que a futuro haría peligrar sus planes autocráticos.
Tal como hubiese prometido Néstor Kirchner terminaría haciendo si Mauricio Macri no se retiraba de la política.
Y cumplió. Ya lo veían como un hombre que a futuro haría peligrar sus planes autocráticos.
La toma del Correo por parte del Estado Nacional no se trató de una estatización o confiscación, como a veces llevan a cabo las Administraciones por considerar tal medida como de interés público.
Hasta Hugo Chávez, paradigma del "apropiador serial de bienes privados", debió pagarle al Gobierno Argentino cuando estatizó la acería SIDOR.
Y Argentina misma, como cuando se estatizara YPF o Aerolíneas, también debió pagar.
Y Argentina misma, como cuando se estatizara YPF o Aerolíneas, también debió pagar.
Cuando una empresa estatizada es de origen internacional los eventuales litigios emergentes se dirimen en el CIADI -Centro Internacional de Arreglo de Diferencias-.
No obstante, como Néstor Kirchner se quedó con una empresa nacional -insisto, sin poner un centavo- la opción del CIADI para el Grupo Macri no tenía lugar.
No obstante, como Néstor Kirchner se quedó con una empresa nacional -insisto, sin poner un centavo- la opción del CIADI para el Grupo Macri no tenía lugar.
Es por ello que Franco Macri inició en tribunales locales tres juicios al Estado Nacional.
Desde hace unos meses, el "vacunado vip" de Alberto Zannini viene atacando impiadosamente al expresidente Mauricio Macri no solo por los tiempos electorales que vivimos, sino porque en paralelo avanzan esas causas que el Grupo Macri le entablara al Estado.
Causas atendibles, pues se trató de estafa pocas veces vista para con una empresa local.
"El Chino" Zannini no solo rechazó la propuesta de la cancelación total en un solo pago de la deuda del Correo sino que pidió extender su quiebra a todas las empresas del Grupo.
Se percibe, por tanto, el verdadero interés del kirchnerismo.
Desde hace unos meses, el "vacunado vip" de Alberto Zannini viene atacando impiadosamente al expresidente Mauricio Macri no solo por los tiempos electorales que vivimos, sino porque en paralelo avanzan esas causas que el Grupo Macri le entablara al Estado.
Causas atendibles, pues se trató de estafa pocas veces vista para con una empresa local.
"El Chino" Zannini no solo rechazó la propuesta de la cancelación total en un solo pago de la deuda del Correo sino que pidió extender su quiebra a todas las empresas del Grupo.
Se percibe, por tanto, el verdadero interés del kirchnerismo.
Tarde o temprano habrá que dirimir si tiene mayor valor el canon que dejó de percibir el Estado o los bienes arrebatados al Correo, muchos de los cuales se adquirieron con posterioridad a la firma del contrato de concesión, tales como inmuebles, camiones, vehículos, centros logísticos, centros de cómputos, maquinarias.
La verdad, empero, terminará por conocerse y confirmará lo que ocurriera con todas las empresas en las que la angurria kirchnerista posara sus garras: tendremos que pagar todos los argentinos, porque en ese tipo de causas, EL ESTADO SIEMPRE PIERDE...
Pablo / @DruidbloggerOK

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